sábado, 23 de agosto de 2008

Canícula de lectura

Tras semanas de abandono de mi querido y maltratado blog, vuelvo a la carga con algunas recomendaciones de libros. Este verano, y pese al poco tiempo de que dispongo para esta "manía" -una apreciación subjetiva, ¿poco tiempo comparado con quién?- estoy acertando con mis elecciones. Tengo unos cuantos libros pendientes, aunque no todos me proporcionarán tanta satisfacción como los que ha leído hace poco o continúo descifrando.
Comencé el verano con algo ligero -por supuesto no por sus argumentos y su calidad literaria- y francamente entretenido: El candor del padre Brown de Gilbert Keith Chesterton. De este autor británico sólo había leído su peculiar Breve historia de Inglaterra, publicada por esa magnífica editorial que es El Acantilado. Con tan feliz precedente (un estilo muy original, una erudición sin visos de afectación y sublimes pinceladas de humor), decidí salvar de mi librería de viejo habitual una de las entregas de la aventuras de ese atípico detective amateur que es el pequeño y rechoncho sacerdote católico conocido como padre Brown. Son una serie de pequeños relatos, que dan muestra de la agudeza del clérigo y de su prodigioso conocimiento de la mente humana en la resolución de una serie de insólitos y misteriosos crímenes que suceden alrededor de nuestro protagonista.
A continuación, e invadido por una sed de misterio, supense y terror que mitigara los calores estivales, me decanté por Otra vuelta de tuerca del norteamericano, nacionalizado británico, Henry James. Tampoco había leído mucho de este autor, en realidad únicamente me había topado hace un par de años con El cerco de Londres, obra donde compara -si la memoria no me traiciona- las convenciones de la alta sociedad británica (conservadora y encorsetada) y la estadounidense (más espontánea, inocente y liberal) a través de una joven americana empeñada en triunfar en los salones de baile más aristocráticos de la vieja Inglaterra. Obra menor, en comparación con la espléndida Otra vuelta de tuerca, novela de terror, en la que una institutriz nos cuenta su experiencia en una masión rural al hacerse cargo de dos huérfanos, sobrinos de un distinguido caballero, que con una ajetreada vida social en Londrés, no tiene el más mínimo interés en los niños. Una vez en Bly, la misteriosa residencia de los infantes a los que tiene que educar, ha de enfentarse a los fantasmas del pasado que se resisten a abandonar a sus excepcionales pupilos. Intriga sin tregua y profundo análisis psicológico de los personajes con un súbito final, que, aunque tiene sus detractores, a mí me parece brillante, además de estar abierto a múltiples interpretaciones. La historia ha sido llevada al cine en distintas ocasiones, pero quizá la más lograda es la película de Jack Clayton The innocents (1961) con una soberbia Deborah Kerr.
Por último, y para no abundar en la literatura anglosajona y hacer un poco de patria, Pipá de Leopoldo Alas "Clarín". Autor anticlerical, muy influenciado por el naturalismo de Zola. Pipá, primer libro publicado por este zamorano, maestro de la prosa corta, es un colección de relatos que toma el nombre del primero de ellos, y que retrata en crudo, mordazmente, y "sin edulcorantes" los vicios de la sociedad española a finales del siglo XIX. Adiós, Cordera y especialmente La Regenta, son títulos mucho más conocidos y notables de este autor, pero quizá por ello tienen una popularidad que ensombrece otras obras de Clarín que pueden llenar de disfrute nuestros ratos de solaz, y ayudarnos a conocer a un escritor preocupado por elevar el nivel cultural de sus conciudadanos y alejarlos de la vulgaridad imperante, y que tuvo gran influencia en el regeneracionsimo de la Generación del 98 (Azorín, Baroja, Unamuno, Manuel y Antonio Machado, Ganivet, Maetzu, Benavente, Blasco Ibañez...) y en la literatura española posterior.
Continúa mi verano, y prometo otro nuevo capítulo con más recomendaciones que espero que a alguien puedan resultar valiosas.