domingo, 19 de julio de 2009

El Carnaval de las Locas


Tras un tiempo inactivo en mi blog, producto de una decisión desacertada (resolví que debía recortar gastos a base de eliminar “caprichos”, para un tiempo después darme cuenta de la necesidad de Internet para no quedar descolgado y convertirme en un “analfabeto informacional”), he vuelto a navegar por la red. Aquí estoy de nuevo para compartir ideas que se me pasan por la cabeza y aprender de vuestros sustanciosos comentarios.

Para volver, nada mejor que hacerlo con un tema peliagudo. El 28 de junio se celebra cada año el día del orgullo gay, conmemorando el incidente, sucedido en 1969, en el que la policía de Nueva York detuvo a un grupo de homosexuales que estaban en un bar de ambiente. A partir de esta fecha los homosexuales toman conciencia de la necesidad de movilizarse para reclamar sus derechos. También cada año, el siguiente sábado al 28 de junio, se oficia esta fiesta a nivel nacional en Madrid, para que todas las personas de provincias puedan unirse a él.

Y hasta ahí todo me parece genial, el problema empieza cuando echas un vistazo por la tele, la radio o los periódicos, y observas la imagen del festejo, las consignas que se transmiten o el mensaje que la celebración despacha. Una fiesta donde supuestamente se reivindica la normalización del colectivo homosexual y transexual, pero en la que la provocación es la moneda habitual. Ridiculizar y agredir a la iglesia o a sectores de la sociedad que no comparten su ideario no me parece la manera más afortunada de obtener el fin que se persigue. Otra cosa es que determinados sectores deban evolucionar en sus planteamientos (conviene airear una estancia cuando huele a rancio), pero con provocaciones de esta traza se consigue el efecto contrario.

Por argumentos parecidos, algunas asociaciones de homosexuales, como COLEGA, están en contra de tan chabacana cabalgata, y eso pese al apoyo inquebrantable de políticos como Aído o Zerolo, quien pareciera que ha hecho de su condición de homosexual una profesión (hace unos días comentando el asunto con un amigo, líder de un grupo de pop-rock que tuvo cierto éxito en Andalucía en los años ochenta y noventa, me habló del radical cambio de imagen que ha experimentado el político, tras haberlo conocido en un despacho de abogados de Madrid, donde era compañero del letrista de la banda de mi amigo).

Quizá sería aconsejable dejarse de espectáculos groseros –celebrando si apetece un carnaval gay pero alejado de cualquier tipo de reivindicación- y apostar por iniciativas en educación y política social que permitan una completa normalización, y la dignidad de homosexuales y transexuales.

También se le hace un flaco favor al conjunto de reivindicaciones, utilizando políticamente el acto, manteniendo el bulo de que los partidos conservadores se oponen a la ampliación de derechos individuales o a la igualdad real entre los ciudadanos.

Sobre la necesidad de celebrar este tipo de actos escribía un artículo el magistrado Marlaska -considerado por el periódico el Mundo, el homosexual más influyente en España (lo siento Zerolo, la gente no es tan superficial como crees)- en el que llamaba la atención sobre la discriminación que en algunos ámbitos (escuelas, determinadas profesiones…) sufrían los homosexuales. Absolutamente de acuerdo con los argumentos que exponía, y con la oportunidad de actos donde se reivindiquen la plena aceptación por parte de la sociedad y los derechos de los homosexuales. Pero mi desacuerdo no con el fondo, sino con su estética grosera, y con las provocaciones, insultos y ataques a instituciones, partidos, personas o sectores de la sociedad que defienden un modelo de sociedad diferente.

5 comentarios:

José Antonio Flores Vera dijo...

"Bienvenido" Vacuit. Yo también comprendí hace tiempo que no es posible en nuestros tiempos estar al margen de Internet. Es más, debería ser un servicio público con precio tasado.
En cuanto a tu entrada, totalmente de acuerdo. También estoy yo en esa línea de pensamiento. El exhibicionismo del colectivo de Gays y Lesbianas que se manifiesta en estos días de "Orgullo" no ayuda a las personas que engrosan ese colectivo.
La homosexualidad debe interpretarse como algo totalmente normal en nuestra sociedad y, como bien dices, los valores sociales y educativos deben de enforcarse en esa dirección. Y, por supuesto, contrarestar las opiniones contrarias como la de la Iglesia, por ejemplo, con debate, argumentos y otros valores, sin crítica ofensiva, por supuesto.
Siempre he desconfiado de los dogmas, vengan de donde venga y de los tópicos. Se puede ser católico, e incluso practicante, y ser homosexual. De hecho mucha gente lo es.
Saludos.

Paco Montoro dijo...

Amigo Vacuit, celebro tu decisión de volver a este gran espacio como es el de nuestros blogses.

Poco que añadir a tu entrada, que la comparto al igual que el amigo Jose Antonio.

Un abrazo y espero que sigas corriendo y viendo buenas películas...

Vacuit dijo...

Hola de nuevo José Antonio. Tienes razón sobre las tarifas de Internet. El otro día ley una entrevista a la Directora General de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información se comprometía a ofrecer Internet gratuito a todos los andaluces (y andaluzas, como les gusta decir). Esperemos que sea cierto y con una calidad aceptable.

En cuanto al tema de la homosexualidad, es cierto que los días del orgullo no ayuda en nada a la normalización de este colectivo.

Un abrazo

Vacuit dijo...

Hola Paco, muchas gracias. Lo de seguir corriendo lo tengo difícil, pues hace meses que arrastro una lesión de rodilla y me temo que la única solución es operar.

En cuanto al cine, sigo viendo películas. Por cierto, ¿has visto "Bienvenidos a Collinwood" (Anthony and Joe Russo, 2002)?, me pareció simplemente genial. Otra comedia -ésta más gruesa y gamberra- pero que si no la has visto, debes hacerlo es "Intermission" (John Crowley, 2003). También he disfrutado mucho con dos clásicos con Cary Grant a la cabeza del reparto: "Página en blanco" (Stanley Donen, 1960) y "Operación pacífico" (Blake Edwards, 1959). Probablemente has visto todas, pero si te falta alguna no dudes en disfrutarla.
Un abrazo

Mario dijo...

un apunte, siempre se coloca la religión católica como perseguidora de la homsexualidad, y costumbre es que cualquier pero sobre ésta te saltan con aquella, pero nos son los estados católicos, que no los hay salvo el Vaticano, ahora son laicos, más bien son otros estados- religiones las que persiguen la homosexualidad y condenan, y que el amigo zerolo abraza y nada dice de ello, por no decir que lo que sucede en cuba, estado que tanto admira "la progre española según para que cosas.."
saludos.
"Página en blanco" es sencillamente una comedia como no las hay ya.