A menudo se dice que las personas inteligentes son pesimistas y cobardes porque suelen ser conscientes de los peligros y tribulaciones que amenazan nuestras vidas. Creo que no deja de ser otro tópico, y como la mayoría de ellos, discutible.
Ahora que empieza un nuevo año, cargado de buenos propósitos, pero en el que, a juzgar por la prognosis que nos endilgan los expertos analistas de esa ciencia o alquimia que se llama economía, es mucho más perentoria la necesidad del optimismo. No me refiero a esa felicidad idiota y acomodaticia del conformarse, del resignarse con los acontecimientos que nos depara este mundo. Mi aspiración es radicalmente distinta. De acuerdo que parte de una aceptación de nosotros (carácter, situación, circunstancias, entorno), de tratar de ver, por poco que nos gustemos, lo bueno que somos y tenemos, o la parte favorable de cuanto nos acontece. Y, lo más importante (donde radica la diferencia al talante memo), mudar todo lo que nos desagrada y entristece, en cosas que nos hagan estar un poco más satisfechos, para transmitir ese sentimiento, ese ánimo, a nuestros compañeros de camino.
No deja de ser una receta sencilla y manida que suena muy “naif”, pero no por ello menos cierta. Lo difícil es reunir el coraje, y abrazar con fuerza – “un abrazo chillao” – la actitud positiva.
Feliz 2010.
3 comentarios:
Feliz 2010 amigo, y que veas mucho cine y releas o leas nuevos libros...Un abrazo
Por supuesto, hay que eliminar muchos trajes e intentar buscar lo positivo. Es un gran propósito, que en teoría no debería ser difícil, pero al parece existen fuerzas interesadas en que nada funcione con el entusiasmo planeado.
Demasiados intereses quizá para nos mostremos cada vez más inseguros y vulnerables. Pero me parece un buen propósito el que te haces.
Que el nuevo año te depare cosas positivas. Un abrazo.
Paco ¡Feliz 20101 también para ti! Igual te deseo: que veamos mucho y buen cine y que acertemos en los libros que leamos. Un abrazo
José Antonio, es cierto que quizá no pueda parecer muy difícil, pero siempre surgen piedras en el camino. Y quizá porque llevamos una vida excesivamente comodona somos más inseguros, vulnerables e incapaces de sortear esos obstáculos.
Igualmente para ti. Que el nuevo año te traiga cosas buenas. Un abrazo
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